sábado, 9 de julio de 2011

Asambla Constituyente

El camino para una salida libre y soberana al Pacífico es una Constituyente

Milton L. Lérida Aguirre

Han pasado 132 años y aún no podemos llegar a las costas del Pacífico, unas veces por negligencia, otras veces por politiquería o falta de voluntad, de parte de quienes manejan la Cancillería boliviana. Es hora de que tengamos un camino que nos lleve a una salida libre y soberana hacia el Pacífico. Por eso es de suma importancia que este postulado sea concretado a través de una estrategia y una política interna e internacional que nos permita hacer conocer a todos los bolivianos, así como también a todos los países del mundo, sobre la necesidad que tiene Bolivia de tener una salida libre y soberana hacia el Pacífico.



Para diseñar este camino planteamos: la convocatoria a una Asamblea Constituyente que tenga como único objetivo diseñar una estrategia y una política que nos permita solucionar la mutilación que hemos sufrido y el enclaustramiento en el que vivimos, por imposición de Chile, tomando en cuenta las opiniones, sugerencias y todos los trabajos de investigación realizados hasta el momento.



La Asamblea Constituyente será la expresión del mismo pueblo boliviano, ella representará a todos y cada uno de nosotros y nos mostrará el camino hacia las costas del Pacífico. Además los bolivianos estaremos representados en esta Asamblea porque el enclaustramiento marítimo no es sólo un problema que atinge al Presidente del Estado, o una tarea de diputados y senadores, menos un trabajo sólo de los empleados y tecnócratas del Palacio de Gobierno.



El enclaustramiento de Bolivia en el fondo importa al pueblo boliviano, por eso mismo es de suma importancia que se convoque a una Asamblea Constituyente para que se diseñe una estrategia y una política, a través de los instrumentos de la justicia y el derecho internacional y nuestra demanda, de reclamar una salida libre y soberana hacia el Pacífico, no es exagerada.



Bolivianos, no debemos mostrar pesimismo, porque este es el camino a la degradación y nos llevará a la ruina, por el contrario, un pueblo que conoce su historia se esforzará y actuará por defender su derecho y reclamará la justicia que le corresponde.



Así mismo, un pueblo sin objetivos es prácticamente un pueblo vencido y mientras no enseñemos a nuestros hijos y a los jóvenes que el mar es vital para el desarrollo de Bolivia, esta juventud no tiene futuro.



Bolivia es un pueblo que tiene fuerza, calor y luz, por tanto es una reserva inagotable, infinita, que se constituye en la base para llegar a las costas del Pacífico, más tarde que nunca. Bolivia tiene la urgente necesidad de comunicarse con el mundo, no puede subsistir y no puede desarrollarse sin la comunicación con otros pueblos.



Mientras exista este enclaustramiento, Bolivia siempre demandará al mundo entero justicia por una salida libre y soberana, así mismo habrá un motivo de rebeldía y de conflicto con el país usurpador, porque fuimos expulsados de nuestro Litoral por arbitrio de las armas y la fuerza, que es el derecho de las bestias, como decía el griego Séneca.



No existe en el derecho internacional el que un pueblo esté condenado a vivir con silencio letal, ni los tratados son intangibles, por el contrario, algún día el Tratado de 1904 tendrá que ser revisado y Bolivia habrá completado su soberanía.



Denunciamos ante el mundo que Chile siempre quiso anarquizar a las repúblicas limítrofes, y el enclaustramiento en el que vivimos es un claro ejemplo. Primero, no toma en cuenta los tratados firmados en 1866 y 1874. Segundo, ocupa militarmente nuestro litoral en 1879, que nunca fue suyo y que nunca poseyó, pero lo ocupa a título del vencedor. En fin, Chile es pleitista a todo rumbo, es usurpador a todos los vientos, anarquista en todas las latitudes de América, porque al final, Chile necesita usurpar para vivir.



Mientras Bolivia no tenga un puerto en el Pacífico no habrá paz ni equilibrio continental, porque el enclaustramiento que vive es acaso una de las más graves de Sudamérica. Para Bolivia una salida libre y soberana es cuestión de vida o muerte y no se trata, simplemente, de reparar una derrota, menos buscar una revancha, no se trata de subsanar un error político, territorial o mercantil, se trata de justicia y derecho que Bolivia tiene sobre el mar.



Para recordar a todos los bolivianos, la página más negra de la historia sudamericana es la invasión de Chile a Bolivia en 1879, que al final nos privó de una salida hacia el Pacífico. Este hecho no puede perdurar por más tiempo, por eso invocamos que el actual Gobierno convoque a una Asamblea Constituyente, para que ésta trate específicamente el enclaustramiento marítimo en el que se encuentra Bolivia, es decir para resolver la mutilación territorial que ha ejecutado Chile.



La Asamblea Constituyente tendrá que analizar seriamente el Tratado de 1904, que es el instrumento que nos ha impuesto Chile y por el cual Bolivia pierde su acceso al océano Pacífico, por la fuerza. Por tanto este tratado es nulo de pleno derecho, además es contrario a la justicia y el derecho internacional.



Por otro lado, los derechos naturales que tiene Bolivia sobre el mar son inalienables, es decir no se puede desmembrar o auto mutilar soberanía, menos ha existido consentimiento voluntario para firmar el Tratado de 1904. Por el contrario, Bolivia ha sido presionada a punta de fusil para que firme el Tratado, quede sin salida hacia el mar y ceda sus puertos al usurpador.



Por todos estos antecedentes, una vez más proponemos al gobierno del Sr. Evo Morales que convoque a una Asamblea Constituyente, que es de prioridad para exponer ideas y mostrar el camino para una salida libre y soberana hacia el Pacífico, para enfrentar, de una vez por todas, la mutilación, el enclaustramiento al que nos ha sometido Chile desde 1904.



Así mismo, pedimos a todos los países, a todos los hombres y mujeres del mundo, su apoyo a esta demanda, exigimos justicia en el ámbito del derecho internacional para que se restituya la soberanía boliviana sobre las costas del Pacífico.



Bolivia no debe vivir enclaustrada, el mar es vital para ella.





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