lunes, 8 de junio de 2009

Evo peor que Melgarejo



Evo Morales lleva a Bolivia al abismo como lo hizo el ex presidente Melgarejo en 1870

Ambos personajes registran similitudes en su política de acercamiento a Chile
Juan Carlos Herrera Tello



Los pueblos tienen el gobierno que se merecen, reza un viejo adagio; también otro que condena al pueblo que olvida su pasado porque sus desgracias las volverán a repetir. Este caso probablemente sea el de Bolivia y su patético gobernante Evo Morales Ayma, que no es más que una síntesis que conduce a la involución de toda una nación.

Evo Morales ha logrado pasar a la historia con el solo hecho de ser Presidente, pero este pase a la posteridad lo ha igualado a situarse al lado de Mariano Melgarejo, quien ha dado lustre a la historia de la desgracia de Bolivia. En 1872, Ramón Sotomayor Valdez escribió “La Legación de Chile en Bolivia”, obra que la posteridad le ha agradecido por su imparcialidad en historiar los actos de Melgarejo, quien con razón se compadece de Bolivia y afirma que “es un pueblo digno de mejor suerte”. Concordando con el chileno permítanme hacer un paralelo entre estos dos “gobernantes” cuya única diferencia estriba que uno fue un militar iletrado, mientras el actual es un civil iletrado.
I
El 25 de Marzo de 1865, el oscuro, beodo y vulgar general Mariano Melgarejo (1820 – 1871) ya se encontraba vencido después de una cruenta batalla en La Paz; éste se camufla como prisionero entre los pocos soldados que se mantenían fieles y se dirige hacia el Palacio Presidencial, donde el General Belzu estaba celebrando su victoria y quien al ver llegar al vencido se compadece de éste y lo recibe.

Melgarejo una vez llegado frente a su rival dispara contra él, a quien hiere mortalmente y pasando por encima de su cadáver salta a uno de los balcones y exclama a la muchedumbre que aún celebraba la victoria: ¡Belzu ha muerto! ¿Quién vive ahora? y las voces contestaban ¡Melgarejo, Viva Melgarejo!

Hasta hace unos años, gobernaba Bolivia Gonzalo Sánchez de Lozada, quien había logrado la Presidencia de su país a raíz de una elección en el Congreso y se la disputó a Evo Morales, un ex pastor de auquénidos que después se convirtió en un dirigente cocalero.

Este hecho de casi ser presidente le indicaba que su meta estaba cerca, y por ello decidió boicotear y mantener ingobernable Bolivia a través de una serie de acciones que paralizaron ese país y conllevaron a la caída del régimen.

Para suerte de Bolivia el sucesor de Sánchez de Lozada era un intelectual prestigioso, el historiador Meza Guisbert y éste tampoco pudo gobernar con tranquilidad porque el cocalero lo acusaba de todos los males de Bolivia, así cae por obra y gracia de las masas movilizadas, sabe Dios con qué artilugio, y lo sucede el presidente del Congreso.

Esta sucesión presidencial permitió conocer quien era Morales, un sujeto que no estaba dispuesto a darle a su país la tranquilidad necesaria para llegar a la viabilidad que toda nación civilizada necesita. Cuando todo indicaba desde la asunción de Sánchez de Lozada que Morales ya estaba acabado, y peor aún cuando dominaba las masas postergadas por años, la suerte y sobre todo la ignorancia en que vive la mayor parte de la población altiplánica lo volvió a la palestra con más fuerza.

II
Melgarejo, acostumbrado a realizar tropelías contra la dignidad de su pueblo y su investidura, como en una oportunidad en medio de una gran borrachera se enteró que estalló la guerra franco-prusiana y dio orden de marcha a su ejército en medio de un torrencial aguacero dirigió esta proclama:

“Soldados, quien amenaza a Francia, amenaza a la civilización y a la libertad!!!, voy a proteger a los franceses que son nuestros amigos!!! y vais conmigo a atravesar a nado el océano, pero con cuidado, para no mojar las municiones!!!.

Hoy tenemos a un Evo Morales que en política de solidaridad continental tiene como símbolo a Ernesto Guevara (a) El Che, quien fuera ultimado justamente en Bolivia como cualquier subversivo. Este arte de vanagloriar sus “ideas” afrenta contra la dignidad de su país a favor del extranjero que quería vía la lucha armada alzarse contra la patria del actual gobernante. Vaya ejemplo a seguir.

Por otro lado tenemos también a Morales como un simple títere de los dictados de Hugo Chávez, el mandón de Venezuela quien para facilitarle las cosas al intonso, le dicta lo que debe hacer y sobre todo le “asesora” en las leyes que debe emitir para “democratizar” Bolivia.

III
En el plano legal y constitucional del gobierno de Melgarejo se destaca la ceremonia en que se inauguraba la Constitución de 1868. Un diputado se atrevió a decir que “a ella se sujetaría el gobierno del esclarecido General Melgarejo”. El General al escuchar semejante parámetro levantó su copa y respondió: “Sepan Uds. que la Constitución de 1861 que era muy buena me la metí en este bolsillo y la de 1868 que es mejor según los doctores que me han antecedido, me la he metido en este otro y que nadie manda en Bolivia más que yo”. Así gobernó este felón durante seis años sin más ley que sus dipsómanos caprichos y sin más constitución que su voluntad.

Hoy tenemos a Evo Morales que “democráticamente” (con huelga de hambre incluida) ha logrado que no obstante que la Constitución que lo llevó a la Presidencia no permitía la reelección, ahora sí pueda reelegirse.

Pero dentro del plano legal tampoco podemos dejar a Morales, que lleva una enorme ventaja en las satrapías contemporáneas al dictar el Decreto Supremo N° 0138, por el cual faculta al Estado para proceder a la confiscación del patrimonio de bienes inmuebles y de recursos de todo tipo a quienes se dediquen a instigar contra el gobierno.

Con ello rebasa la línea legal y da rienda suelta a la simple dictadura, ya que nadie en Bolivia podría oponerse a ese gobierno, por la sola sospecha puede convertir a una persona en instigadora; vaya democracia de los pueblos.

IV
Lo más trágico del gobierno de Melgarejo fue lo concerniente a las relaciones internacionales, muy especialmente con Chile. Cuando proclamó que la frontera de Bolivia “no eran más que simples líneas matemáticas” y proponía que “los americanos que entren en Bolivia gozan de los mismos derechos que los bolivianos excepto la presidencia de los altos poderes ejecutivo, legislativo y judicial”.

Chile aprovechó este tipo de circunstancias y acreditó una misión en Bolivia con el propósito de derogar las facultades que el Congreso autorizó en declarar la guerra a Chile en 1863. Esta misión estaba compuesta por los diplomáticos Aniceto Vergara Albano (este se convirtió en consejero de Melgarejo y era quien le revisaba su agenda y daba el visto en los asuntos de Bolivia) y Carlos Walker Martínez, quienes lograron este primer cometido.

El chileno Vergara tuvo tanta confianza de Melgarejo que lo nombró su Ministro de Hacienda y finalmente Ministro Plenipotenciario de Bolivia ante Chile a fin de negociar los límites entre ambos países, fijando el grado 24° como límite divisorio. Cuando el Tratado fue presentado a Melgarejo ofreció firmar sin contratiempos porque para él “un grado más o menos de territorio era insignificante porque Bolivia era muy grande”.

En el presente gobierno de Evo Morales siempre ha presentado infundios contra el Perú y de acuerdo a sus escasos conocimientos dijo en lo que ellos llaman “El día del mar” que “la Demanda (del Perú en La Haya) será para afectar y retrasar una de las posibles soluciones a nuestro pedido histórico que es su acceso soberano al mar”. Luego llamó “chabacano” al presidente Alan García, porque el gobernante altiplánico “cree que eso es un insulto no?”, y además realizó comentarios a cerca de su peso, porque éste gradúa su antiimperialismo. Demuestra Morales su torpe manejo de las relaciones internacionales y cómo representa a su nación.

Es en este sentido que Carlos Mesa, un historiador y ex presidente boliviano, salvando algo de honor a la verdad y la justicia, ha manifestado y con razón que “Debe ser el primer discurso del que yo tengo memoria, pronunciado por un Presidente de Bolivia en el Día del Mar, en que se elogia la política chilena y lo único que faltaba era que (Morales) felicite a Chile por la gran actitud histórica que ha tenido con Bolivia en el tema del mar”. Efectivamente, en el “Día del mar” Evo Morales el supuesto izquierdoso antiimperialista y gran nacionalista, estaba alabando a Chile por su política de acercamiento para llegar a una solución sin soberanía para darle un bañadero a Bolivia por Arica, ninguneando los derechos peruanos sobre ese territorio.

El inculto alababa al agresor, el ignorante con su antiperuanismo aupaba la política internacional del enemigo de ayer a quien le deben su enclaustramiento territorial justamente en el día que conmemoran la pérdida de su litoral, qué vergüenza, qué lástima, qué desgracia!!!

V
En 1866 uno de los consejeros de Melgarejo de apellido Oblitas, tuvo la feliz idea de acuñar la nueva moneda boliviana llamada “Peso Melgarejo” en homenaje al supuesto americanismo del beodo Presidente porque había logrado la paz perpetua con Chile en ese año y para ello mandó acuñar, con la efigie del dictadorzuelo, la moneda que inmortalizaba los bustos de ambos bajo la leyenda de “Al Valor y al Talento”.

Mientras Chile gracias al Tratado de 1866 le otorgaba a Melgarejo el título de “general de división de los Ejércitos de Chile” y le obsequió el magnífico caballo “Holofernes” con quien Melgarejo conversaba y pedía a sus ministros que bebieran a su salud. El gobierno boliviano lo proclamó “Gran Ciudadano de Bolivia” y el de Brasil le obsequió la condecoración de “La Gran Cruz de la Imperial Orden del Cruzeiro”.

Obviamente el Perú se encontraba “aislado”, ya que Bolivia y Brasil se repartieron territorios que eran peruanos.

El jueves 21 de mayo último, el director de la Casa de Moneda de Chile, Gregorio Iñiguez, considerado el “Oblitas” de Morales entregó a Evo Morales cinco monedas de oro conmemorativas al bicentenario del primer grito de independencia de ese país, por extrañas casualidades de la historia en el anverso de la moneda aparece “inmortalizado” Evo Morales bajo la frase “Evo Morales Ayma, Presidente del Bicentenario del Estado Plurinacional de Bolivia”, mientras que en el reverso de la moneda aparece una falacia: “Bolivia para todos – Complementariedad – Consenso – Equilibrio – Identidad”.

Al ser recibidas por el mandatario boliviano, éste dijo sin empacho “Me siento orgulloso de ser inmortalizado de esta manera”, huelgan comentarios. Aún recordamos que este sujeto antes de llegar a ser presidente es el que quería que en los acuerdos entre Bolivia y Argentina sobre venta de gas, se les otorgaba el producto a condición que “ninguna partícula de gas boliviano deba ser vendido o pasado a Chile”. De esta manera las cosas hay que tomarlas literalmente, en ningún motivo se ha escrito sobre oro o monedas.

VI
Luis Lozada era un militar del séquito de Melgarejo, quien solo tuvo la desgracia de pelear con el hermano de su concubina y éste corrió el rumor que se quería alzar contra el régimen del déspota; encarcelado y maltrecho pidió clemencia de los infundios contra su persona y abogaron por él los Padres Franciscanos, quienes ofrecerían una misa y pidieron no por la libertad de Lozada sino por su vida.

Así Melgarejo se presentó con su larga comitiva a la misa y cuando ésta terminó, uno de los sacerdotes se acercó al dictador para preguntarle por Lozada; “¿a qué lugar iban a imponerle el confinamiento?”, preguntó; Melgarejo respondió con sangre fría: “No se preocupe padre, ya lo despaché esta mañana a las cinco”. “¿Y a dónde mi general?”, replicó el sacerdote, y sin empacho Melgarejo le soltó a boca de jarro su destino: “Al otro mundo padre...”

El 31 de diciembre de 1869 Melgarejo y su séquito se dirigían a oír misa y en el trayecto un joven demente que respondía al nombre de Cecilio Oliden le tiró dos pedradas a Melgarejo bajo el lema de “Viva Dios y Viva yo”, inmediatamente los soldados de Melgarejo lo tomaron prisionero y oyeron la sentencia sumarísima del Presidente: “Fusílenlo”, orden que fue cumplida en el acto al frente al atrio del templo delante de un importante número de personas. Como el loco había quedado herido de muerte, los asesinos cumplieron la orden ultimándolo con sus sables para no gastar más municiones.

El 16 de abril último, la policía boliviana “desbarató” un intento de asesinato de Evo Morales por el boliviano croata Eduardo Rozsa, a quien mataron junto a otros dos “cómplices”, tratando de esta manera de descalificar a la oposición con supuestos actos de magnicidio que solo pueden ser parte de un tinglado para seguir persiguiendo opositores a la maravilla de gobierno que se vive hoy en Bolivia. Aun no hay nada que permita esclarecer si realmente se iba a cometer un magnicidio o que se trata solo de apabullar a la oposición al régimen de Morales para que ésta no tenga ni siquiera libertad de reunión.

Como hemos visto en esta apretada síntesis histórica, la relación entre Morales y Melgarejo no solo es en la ignorancia sino en los hechos que repiten taras de hace más de un siglo y cuya diferencia estriba que Melgarejo era un gobernante de facto, mientras que Morales es elegido por su pueblo.

Qué podemos esperar de él, que sin conocimiento alguno quiere demandar al Perú ante La Haya por el solo hecho de haber concedido asilo a los perseguidos por su gobierno, cuando nosotros antes requerimos por un sujeto que es su asesor, que es peruano y está siendo buscado por la justicia peruana por delito de terrorismo. Esa es la miseria que vive Bolivia, un país que involuciona día a día, que sigue imposiciones doctrinarias trasnochadas y que cree que la “ruta” de Guevara (a) “El Che” es el camino a seguir. Pobre pueblo, esperemos que algún día Bolivia encuentre su carril histórico y transite sobre él sin perjudicar a nadie, en paz, como toda nación civilizada.
Fuente: La Razón on line (Perú)