Indigna propuesta de trueque de agua dulce por mar
Los 13 puntos de la peregrina tesis de agua dulce por agua salada, las impugnamos:
1.- Si Chile sigue al pie de la letra una política de Estado, de no ceder ni un milímetro de su territorio, Bolivia debe formular igual política de Estado para demandar sus derechos que no han sido consolidados por tratados, porque no hay guerra internacional que otorgue derechos.
2.- Sepa el senador que el enclaustramiento de Bolivia no es solamente resultado del Tratado de 1904, sino de varias apropiaciones indebidas, amén de que este tratado es susceptible de nulidad y/o de revisión por lo menos. Sería ilustrativo que se lea nuestros alegatos dominicales anteriores en EL DIARIO.
3.- ¡Si Chile debe toda su prosperidad y solidez económica a los recursos arrebatados de nuestro Departamento Litoral, no hay razón que justifique que Bolivia siga sacrificando otros recursos adicionales a favor del depredador de ayer!
4.- Aquí se refiere a que Chile suma intereses vitales para su subsistencia futura en: 1° Consolidar los corredores bioceánicos a través de territorio boliviano que le posibiliten llegar con sus productos al Brasil, Paraguay y Uruguay y a ultramar a través del Río de la Plata y Atlántico. 2° Necesita agua dulce a futuro y tiene puestos sus ojos por decisión geopolítica en la cuenca central y lacustre entre nuestras dos cordilleras.
O sea, según el senador, Bolivia debe seguir siendo el tonto útil que debe contribuir a la expansión económica chilena y resolver sus carencias de agua dulce. Nosotros nos oponemos a ambas pretensiones: NO al corredor bioceánico para Chile y nuestras aguas del altiplano y cordilleras deben servir para el desarrollo del país, para convertir nuestro altiplano en un vergel productivo.
5.- Bolivia no debe otorgar a Chile ninguna facilidad para acceder al agua dulce de la cuenca central y lacustre del altiplano boliviano.
6.- En diferentes momentos históricos Chile siempre ha manejado fórmulas distraccionistas que han sido otras tantas burlas a la solución a nuestro enclaustramiento.
7.- Hemos repetido varias veces que Bolivia no tiene “aspiraciones” para “recuperar una salida a nuestro mar”, tiene DERECHOS para recuperar soberanía marítima y, para ello, hemos lanzado la doctrina de oponer la coraza de la verdad, la justicia y el derecho contra la fuerza.
8.- Las bases de la reiniciación de las negociaciones iniciadas en Charaña son inaceptables, fueron una burla en su forma y en el fondo de la propuesta. El callejón al norte de Arica es impracticable y no lo hace factible ni un supuesto acuerdo del Perú.
9.- La solución del diferendo peruano - chileno por el límite del mar territorial, en el Tribunal Internacional de Justicia de La Haya, no sólo interesa a estos dos países. Será muy importante para Bolivia si es favorable al Perú, como que en justicia corresponde que sea así, porque su demanda es justa y en este sentido, servirá de antecedente para confiar en la justicia internacional.
10.- Las ponencias de generales chilenos, por más influencia que éstos tengan, no serán convenientes para Bolivia, porque éstos actúan en el marco de su geopolítica que siempre será contraria a nosotros.
11.- La urgencia de Chile de agua dulce para satisfacer sus necesidades básicas, no justifica trocarla con un “acceso soberano al océano Pacífico para dar solución a nuestro enclaustramiento”, porque nuestro DERECHO es cristalino y no está sujeto a ninguna condición, menos a compensación de alguna clase. Por lo tanto “agua dulce por agua salada” es una fórmula traidora.
12.- En este punto, el que formula tan entreguista tesis que dice ser “franco con su pueblo”, cree que “es la primera vez en nuestra historia común que los intereses de nuestros pueblos no se cruzan”. Qué ingenuidad. Nosotros que estudiamos la historia de esta relación, no confiamos en la sinceridad chilena, menos en esa ilusoria confianza mutua. La Agenda de los 13 puntos es una trampa de la astucia de Chile para su beneficio; pues, estudiando concienzudamente esta Agenda, ningún punto es favorable a Bolivia, como se ha demostrado en otras notas.
13.- Finaliza el documento recomendando “aceptar la posibilidad de buscar dar solución a nuestro enclaustramiento marítimo a través de la tesis de Charaña, por considerarla apropiada, ya que al contener la posibilidad del trueque territorial nos pone en una situación de honor, dignidad y no afectaría a la soberanía de ninguno de los dos estados, mas al contrario nos enaltecería, porque estaríamos comprando nuestro acceso soberano al océano Pacífico.”
Esta conclusión de la propuesta lastima la honra del pueblo de Bolivia; porque la tesis de Charaña únicamente favorece a Chile, que de un modo inoperante para Bolivia resolverá su problema pendiente, con el añadido inaceptable de trueque territorial (y de agua dulce) que afecta precisamente nuestro honor y dignidad y compromete la soberanía del Estado envileciéndonos, porque no podemos comprar nuestro acceso al océano Pacífico, teniendo derechos reivindicatorios inobjetables.
Rodolfo Becerra de la Roca
El pasado domingo en una nota anterior hemos protestado contra opiniones de trueque de gas por mar, formuladas por dos diputados. Pero he aquí que inmediatamente después, un amigo, analista de historia, nos hace llegar una propuesta inaudita de “Agua dulce por agua salada”, que está navegando en Internet, esta vez con la firma de un Senador de la República, más indigna que las criticadas.
Desde luego que todos tenemos libertad de emitir nuestras opiniones, pero éstas cuando salen del marco de la sensatez y el decoro, cuando del modo más descarado lanzan desvaríos que hieren la razón y la cordura, alteran el sereno discernimiento.
Los 13 puntos de la peregrina tesis de agua dulce por agua salada, las impugnamos:
1.- Si Chile sigue al pie de la letra una política de Estado, de no ceder ni un milímetro de su territorio, Bolivia debe formular igual política de Estado para demandar sus derechos que no han sido consolidados por tratados, porque no hay guerra internacional que otorgue derechos.
2.- Sepa el senador que el enclaustramiento de Bolivia no es solamente resultado del Tratado de 1904, sino de varias apropiaciones indebidas, amén de que este tratado es susceptible de nulidad y/o de revisión por lo menos. Sería ilustrativo que se lea nuestros alegatos dominicales anteriores en EL DIARIO.
3.- ¡Si Chile debe toda su prosperidad y solidez económica a los recursos arrebatados de nuestro Departamento Litoral, no hay razón que justifique que Bolivia siga sacrificando otros recursos adicionales a favor del depredador de ayer!
4.- Aquí se refiere a que Chile suma intereses vitales para su subsistencia futura en: 1° Consolidar los corredores bioceánicos a través de territorio boliviano que le posibiliten llegar con sus productos al Brasil, Paraguay y Uruguay y a ultramar a través del Río de la Plata y Atlántico. 2° Necesita agua dulce a futuro y tiene puestos sus ojos por decisión geopolítica en la cuenca central y lacustre entre nuestras dos cordilleras.
O sea, según el senador, Bolivia debe seguir siendo el tonto útil que debe contribuir a la expansión económica chilena y resolver sus carencias de agua dulce. Nosotros nos oponemos a ambas pretensiones: NO al corredor bioceánico para Chile y nuestras aguas del altiplano y cordilleras deben servir para el desarrollo del país, para convertir nuestro altiplano en un vergel productivo.
5.- Bolivia no debe otorgar a Chile ninguna facilidad para acceder al agua dulce de la cuenca central y lacustre del altiplano boliviano.
6.- En diferentes momentos históricos Chile siempre ha manejado fórmulas distraccionistas que han sido otras tantas burlas a la solución a nuestro enclaustramiento.
7.- Hemos repetido varias veces que Bolivia no tiene “aspiraciones” para “recuperar una salida a nuestro mar”, tiene DERECHOS para recuperar soberanía marítima y, para ello, hemos lanzado la doctrina de oponer la coraza de la verdad, la justicia y el derecho contra la fuerza.
8.- Las bases de la reiniciación de las negociaciones iniciadas en Charaña son inaceptables, fueron una burla en su forma y en el fondo de la propuesta. El callejón al norte de Arica es impracticable y no lo hace factible ni un supuesto acuerdo del Perú.
9.- La solución del diferendo peruano - chileno por el límite del mar territorial, en el Tribunal Internacional de Justicia de La Haya, no sólo interesa a estos dos países. Será muy importante para Bolivia si es favorable al Perú, como que en justicia corresponde que sea así, porque su demanda es justa y en este sentido, servirá de antecedente para confiar en la justicia internacional.
10.- Las ponencias de generales chilenos, por más influencia que éstos tengan, no serán convenientes para Bolivia, porque éstos actúan en el marco de su geopolítica que siempre será contraria a nosotros.
11.- La urgencia de Chile de agua dulce para satisfacer sus necesidades básicas, no justifica trocarla con un “acceso soberano al océano Pacífico para dar solución a nuestro enclaustramiento”, porque nuestro DERECHO es cristalino y no está sujeto a ninguna condición, menos a compensación de alguna clase. Por lo tanto “agua dulce por agua salada” es una fórmula traidora.
12.- En este punto, el que formula tan entreguista tesis que dice ser “franco con su pueblo”, cree que “es la primera vez en nuestra historia común que los intereses de nuestros pueblos no se cruzan”. Qué ingenuidad. Nosotros que estudiamos la historia de esta relación, no confiamos en la sinceridad chilena, menos en esa ilusoria confianza mutua. La Agenda de los 13 puntos es una trampa de la astucia de Chile para su beneficio; pues, estudiando concienzudamente esta Agenda, ningún punto es favorable a Bolivia, como se ha demostrado en otras notas.
13.- Finaliza el documento recomendando “aceptar la posibilidad de buscar dar solución a nuestro enclaustramiento marítimo a través de la tesis de Charaña, por considerarla apropiada, ya que al contener la posibilidad del trueque territorial nos pone en una situación de honor, dignidad y no afectaría a la soberanía de ninguno de los dos estados, mas al contrario nos enaltecería, porque estaríamos comprando nuestro acceso soberano al océano Pacífico.”
Esta conclusión de la propuesta lastima la honra del pueblo de Bolivia; porque la tesis de Charaña únicamente favorece a Chile, que de un modo inoperante para Bolivia resolverá su problema pendiente, con el añadido inaceptable de trueque territorial (y de agua dulce) que afecta precisamente nuestro honor y dignidad y compromete la soberanía del Estado envileciéndonos, porque no podemos comprar nuestro acceso al océano Pacífico, teniendo derechos reivindicatorios inobjetables.