Lo que no debemos callar
Santiago Berrios
“Primero mar y luego gas” (?)
Según noticias sobre la reunión del CELAC, Evo Morales Ayma, en su condición
de Presidente de nuestro país, se dice que habría formulado una propuesta
pública al gobierno de Chile, y en pleno discurso ante el pleno de aquella
organización, consistente en la entrega de gas a cambio de una salida al mar a
Bolivia, lo que significa que se estaría produciendo una modificación a la
original decisión de iniciar una demanda ante la Corte Internacional de la
Haya.
No quisiéramos admitir que aquella propuesta hubiera sido originada en la institución denominada Diremar, la misma que ha sido encargada a personas que no tienen idea de lo que significan las relaciones internacionales, menos tienen idea de lo que es una política de Estado. Con razón acaba de decir el presidente Evo que sus abogados siempre le hacen incurrir en equivocaciones. La solución es echar a esos profesionales que, por su mediocridad, no pueden ser apoyo en el manejo del Estado y el poder.
Sería lamentable si aquel ofrecimiento fuera cierto, porque se estaría demostrando la fragilidad de la diplomacia boliviana, que de tal no tiene nada, así como el fracaso de Diremar ante un problema más que centenario. Ese tipo de errores en materias de suma importancia no son admisibles en ninguna parte del mundo.
Lo lamentable es que Evo Morales Ayma, en su condición de Presidente de Bolivia, no cuente con académicos en esta materia y continúe improvisando a “amigos” de su entorno, que lo único que están haciendo es simplemente percibir un salario sin ninguna respuesta correcta a los intereses del país.
Lo curioso es que hace meses se convocó a expresidentes y excancilleres de nuestro país, en cuya reunión seguramente se escuchó opiniones diversas sobre el tema, pero a la postre nada se hizo conocer a la ciudadanía.
No se debe olvidar que en el gobierno de Gonzalo Sánchez de Lozada se pretendió entregar el gas a través de territorio chileno, por lo cual se produjo el levantamiento de los bolivianos, particularmente de los alteños el 17 de octubre sangriento, porque se consideraba una suerte de traición a la Patria por parte de ese gobierno, y que hoy se pretenda asumir la conducta de aquel ex Presidente, incurriendo en la misma definición de aquella época, no es admisible.
Un exdiplomático boliviano, hace pocos días, considerando la hipótesis de que sea formulada la demanda ante la Corte Internacional de La Haya, y refiriéndose al Magistrado Mohamed Bennouna, decía que esta autoridad podría preguntar al Estado Boliviano: “¿consideran ustedes, en tanto que consignatarios del tratado de 1904, que podían en esa fecha, conforme al derecho internacional general, blandir el argumento de que dicho tratado fue impuesto por el uso o la amenaza de la fuerza y que, por tanto, es inválido?”, si tenemos en cuenta que (en criterio de dicho internacionalista) el derecho internacional a fines del Siglo XIX e inicios del Siglo XX se dividía en derecho de la paz y derecho de la guerra. Eso quiere decir que será necesario indagar si entre 1879 y 1904 los principios de derecho internacional eran los mismos que los de ahora y así tener la posibilidad de acudir a la Corte Internacional de La Haya.
Por lo demás recomendamos hacer una buena selección de internacionalistas para diseñar una estrategia para la reivindicación marítima, que es un objetivo nacional permanente.
No quisiéramos admitir que aquella propuesta hubiera sido originada en la institución denominada Diremar, la misma que ha sido encargada a personas que no tienen idea de lo que significan las relaciones internacionales, menos tienen idea de lo que es una política de Estado. Con razón acaba de decir el presidente Evo que sus abogados siempre le hacen incurrir en equivocaciones. La solución es echar a esos profesionales que, por su mediocridad, no pueden ser apoyo en el manejo del Estado y el poder.
Sería lamentable si aquel ofrecimiento fuera cierto, porque se estaría demostrando la fragilidad de la diplomacia boliviana, que de tal no tiene nada, así como el fracaso de Diremar ante un problema más que centenario. Ese tipo de errores en materias de suma importancia no son admisibles en ninguna parte del mundo.
Lo lamentable es que Evo Morales Ayma, en su condición de Presidente de Bolivia, no cuente con académicos en esta materia y continúe improvisando a “amigos” de su entorno, que lo único que están haciendo es simplemente percibir un salario sin ninguna respuesta correcta a los intereses del país.
Lo curioso es que hace meses se convocó a expresidentes y excancilleres de nuestro país, en cuya reunión seguramente se escuchó opiniones diversas sobre el tema, pero a la postre nada se hizo conocer a la ciudadanía.
No se debe olvidar que en el gobierno de Gonzalo Sánchez de Lozada se pretendió entregar el gas a través de territorio chileno, por lo cual se produjo el levantamiento de los bolivianos, particularmente de los alteños el 17 de octubre sangriento, porque se consideraba una suerte de traición a la Patria por parte de ese gobierno, y que hoy se pretenda asumir la conducta de aquel ex Presidente, incurriendo en la misma definición de aquella época, no es admisible.
Un exdiplomático boliviano, hace pocos días, considerando la hipótesis de que sea formulada la demanda ante la Corte Internacional de La Haya, y refiriéndose al Magistrado Mohamed Bennouna, decía que esta autoridad podría preguntar al Estado Boliviano: “¿consideran ustedes, en tanto que consignatarios del tratado de 1904, que podían en esa fecha, conforme al derecho internacional general, blandir el argumento de que dicho tratado fue impuesto por el uso o la amenaza de la fuerza y que, por tanto, es inválido?”, si tenemos en cuenta que (en criterio de dicho internacionalista) el derecho internacional a fines del Siglo XIX e inicios del Siglo XX se dividía en derecho de la paz y derecho de la guerra. Eso quiere decir que será necesario indagar si entre 1879 y 1904 los principios de derecho internacional eran los mismos que los de ahora y así tener la posibilidad de acudir a la Corte Internacional de La Haya.
Por lo demás recomendamos hacer una buena selección de internacionalistas para diseñar una estrategia para la reivindicación marítima, que es un objetivo nacional permanente.